Un niño de pocos meses. Es difícil de entender. Sin embargo es una realidad. Entre las víctimas
del Diablo se encuentran muchos niños. Son inocentes. No tienen culpa. Pero es tambien su cuerpo en el que el Diablo trata de pocisionarse, a menudo lo logra. Las poseciones comienzan cuando el niño se encuentra en el vientre de su madre, es terrible. Sucede que un mago o hechizero hace un maleficio con la intención de golpear tambien al niño que lleva en su seno y desgraciadamente funciona, el maleficio prospera. Así pasa que un niño este poseído desde su nacimiento. Las señales son claras de inmediato: cuando se lleva al niño a una iglesia este llora y se agita sin motivo. Lo mismo cuando sus padres rezan el rosario en casa. Cuando crece estos fenomenos se hacen más fuertes, pero de inmediato es posible observarlos. Por eso aconsejo a los padres bautizar a sus hijos, que no dejen pasar mucho tiempo. El bautismo es un exorcismo poderoso. Expulsa al Diablo. El Diablo teme al bautismo. No es casualidad que en efecto entre los poseídos la mayor parte son no bautizados y es sobre todo con los no bautizados con los que al Diablo le es más fácil actuar.